El hijo de emigrantes cubanos que huyeron de la dictadura sanguinaria de Batista, Marco Rubio, ahora Secretario de Estado en esta administración Trump 2.0, ha hecho de Venezuela su cruzada personal. El tipo no oculta su odio al chavismo y al propio Maduro: lo ha llamado "régimen criminal" y "enemigo de la humanidad" en posts recientes, sin prueba alguna. Su último tuit sobre Venezuela, del 2 de septiembre, celebra un ataque letal de EEUU contra un pequeño bote, Peñero, que supuestamente salió de territorio venezolano, sin saber quienes eran realmente sus tripulantes, migrantes o pescadores. Sin duda se trata de propaganda pura y malsana: lo pinta como un golpe maestro contra el "narco-estado" de Maduro, pero ignora adrede que expertos dudan del rol mayor de Venezuela en el tráfico de coca (la mayoría sale por el Pacífico, un 80% según reportes de la ONU y la DEA), por lo que huele a excusa para apoderarse de los recursos naturales. Venezuela tiene la "joya de la corona" con sus reservas de petróleo, las más grandes del mundo, ¡300 mil millones de barriles probados!), gas, minerales como coltán, litio, vanadio y oro, y gran potencial en tierras raras, y además agua dulce (el Orinoco es fenomenal), sería un "premio geopolítico" brutal en un mundo donde los recursos escasean y la transición energética choca con la demanda de baterías, techgas y minerales para dispositivos electrónicos y digitales. Rubio y Trump no mencionan de eso directamente, pero sus acciones, como la creación del departamento de Guerra, gritan y claman por un "control hemisférico" mayor, ante el evidente declive del imperio, es decir,........

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