Ya era mala la noticia del cambio de ministro de Economía, de Salardi a Pérez Reyes, pero no imaginamos que tan pronto se le “vería el fustán” al nuevo titular del MEF.

Y así se estrenó el ministro: en lugar de protestar airadamente y convencer al Congreso de los problemas que agravará la medida aprobada —esa que redirecciona dos puntos adicionales del IGV, quitándoselos al Gobierno nacional para entregarlos a los gobiernos locales—, el flamante ministro de Economía, con el más dramático estilo populista, fue el primero en aplaudirla. ¡Insólito! El MEF renunciando, innecesaria, voluntaria y hasta entusiastamente a su obligación de reducir y mantener bajo control el déficit fiscal, para poder implementar políticas de incremento del gasto en épocas de vacas flacas y de........

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