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ESCAMPAVÍA. El encuentro de Narciso y Eco

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06.05.2025

Narciso, tan bello que su hermosura competía con su vanidad, despreciaba a todas, hasta a la ninfa Eco, aquella quien fuera condenada a que se repitieran las últimas palabras; ese desprecio causó la muerte de la enamorada quien acudió a Némesis, la de la venganza, quien logró que el bello quedara atrapado y enamorado de su propia imagen, cuando la vio reflejada en el arroyo.

Los narcisistas, quienes sufren de ese trastorno de la personalidad, tienen un grandioso sentido la autoimportancia, piensan que antes de ellos no hubo nadie, que sus logros son incomparables, se creen bellos y reaccionan con violencia a cualquier opinión que les sea adversa.

A veces me pregunto si habremos caído en manos de un ególatra, de un narciso que se ha comparado con el redentor judío, pero odia a los judíos, de quien se autocalifica como el presidente de América, quien como el mesías ha llegado a Colombia a redimirnos de doscientos años de miseria, repite que es el milagrero que salvará a la humanidad de la extinción y la llevará al espacio infinito, mismo portador de la llama de la libertad y de la paz, aunque use como símbolo una espada y una bandera de guerra.

En su discurso del día del trabajo, como Eco, la que no podía escapar a la repetición, repitió la misma puesta en escena que años antes Chávez protagonizara en Venezuela enarbolando la espada que nos dijo era la de Bolívar, así luciendo guantes blancos como los que mostraba en sus presentaciones el rey del rock y de la danza, Michael Jackson, el que también utilizó a los cirujanos plásticos para embellecerse, así el drama de Narciso y Eco se repitió ante la multitud de: fanáticos delirantes, de trabajadores y sus sindicatos, de estudiantes universitarios, de burócratas, de prepagos transportados con dineros públicos, muchos de........

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