La ruta del brunch: del Buriana al Toni Lautaro, siete alternativas que sí valen la pena para mezclar dulce y salado sin horario
Lo primero, algunas precisiones. Brunch es un término del idioma inglés que nace de la contracción de las palabras breakfast y lunch. Es decir, desayuno y almuerzo. El sentido de este vocablo proviene del hábito de consumir una suerte de desayuno tardío los días domingo, por parte de las clases altas inglesas hacia fines del siglo diecinueve. De esta forma, aprovechaban de dormir un poco más por la mañana y luego tenían el resto del día libre.
Esto, porque el Brunch no es solo un desayuno que se puede consumir -digamos- a la hora de almuerzo, es en realidad una mezcla de todo lo bueno que puede haber en ambas comidas. Es decir desde tostadas, cafés y huevos hasta carnes, pastas, ensaladas, sopas y -algo no menor- bebidas alcohólicas.
Eso es un Brunch de verdad, uno que tiene de todo y que funciona durante toda la mañana y más o menos hasta la hora de almuerzo. Lamentablemente en Santiago muchas veces nos encontramos con simples desayunos o un servicio de cafetería ampliado hasta la hora de almuerzo y poco más. Eso no es Brunch, lo siento.
Por otra parte, algunos cocineros que han trabajado en este tipo de servicios me comentan que el cliente chileno, dependiendo de la hora en que concurra, suele consumir productos de desayuno o almuerzo.
Sin embargo, la gracia del Brunch es poder probar de todo un poco, mezclando con plena libertad. De hecho, lo que los expertos aconsejan cuando se va a un buen Brunch es “ir con mucha hambre”. Dicho todo lo anterior, a continuación mis destacados de la ciudad en este ámbito.
El restaurante Buriana ya no es novedad en Santiago. Apareció en escena tras la pandemia y se hizo rápidamente de un nombre y prestigio en la escena gastronómica capitalina. Obviamente lo que manda........
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