La esperanza no defrauda
La inmediatez en la que vivimos en estos tiempos nos hace proclives a la impaciencia. Si nuestro servicio de âUberâ demora cinco minutos, si la computadora âpiensaâ unos segundos más, si el mesero no nos atiende de inmediato, perdemos la capacidad de esperar, olvidamos los buenos modales, desesperamos.
La desesperanza es un signo de nuestros tiempos. Hoy en dÃa queremos todo âaquà y ahoraâ y, al no obtenerlo, consideramos que nunca llegará. Asà en los detalles cotidianos como en los grandes acontecimientos, tenemos sin embargo la posibilidad de recobrar la paciencia y reavivar la esperanza de que llegará lo que deseamos.
Este año 2025 se ha convocado por la Iglesia católica al Jubileo de la Esperanza, para infundir aliento a todos los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad, y convertirnos en........
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