Hoy, mientras hacía un ejercicio de introspección, me sorprendió una revelación sencilla pero poderosa. Me di cuenta de que algunas situaciones que se repiten en mi vida no lo hacen por azar, sino porque algo dentro de mí aún necesita que sucedan.
A veces la vida insiste. Como si alguien repitiera esa escena incómoda que ya viviste antes: la discusión que se parece a otra, la frustración que ya conoces, el miedo que vuelve aunque pensabas que lo habías vencido. “¿Por qué me pasa esto otra vez?”, te preguntas. Y la respuesta, aunque duela, puede abrir una puerta: te pasa porque hay algo en ti que sigue creándolo.
Pero esto no es un castigo. Es una oportunidad disfrazada de problema.
Imagina que todo lo que te ocurre es un mensaje en clave. Que cuando sientes que no te valoran, en realidad es tu voz interior repitiendo: “No soy suficiente”. Que cuando atraes personas que te hieren, hay una herida antigua pidiendo atención. La vida no te castiga, te refleja. Como un espejo emocional, te........

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