¿Cuántos más tienen que morir para que reaccionemos?
Bolivia se convierte en un espacio sangriento. Otra vez. Esta semana, dos jóvenes fueron acribillados con más de una decena de disparos. Setenta proyectiles. disparos que no solo atravesaron un vehículo y dos cuerpos, sino también la conciencia ya adormecida de una sociedad que prefiere mirar hacia otro lado, anestesiada por la normalización de la violencia, la ambición desmedida y el silencio cómplice frente a los actos ilícitos: corrupción, estafas, secuestros y narcotráfico.
¿Dónde está la indignación? ¿Hasta cuándo vamos a seguir enterrando jóvenes mientras hablamos de "oportunidades fáciles" sin cuestionar de dónde proviene ese........
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