¡Silencio, se lee!
La demanda de silencio es cada vez mayor. Este producto no es fácil de encontrar en las estanterías del supermercado empaquetado al vacío, porque es una mercancía difícil de envasar y de catalogar, si nos ponemos marxistas. El silencio, o la ausencia de ruidos molestos, es casi imposible de conseguir. Huimos del sosiego y de la lentitud. La bulla de los coches, de las sirenas de la urgencia lo inundan todo; los estampidos de los voladores, que tanto mal hacen al género humano, también afectan a........
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