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Pedro MedellínEl País |










Por: Pedro Medellín Bastó que la primera sentencia de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) se produjera para que los acuerdos de paz suscritos por...


























La ira es "el deseo ciego de venganza que arrastra consigo al vengador", sentenció Séneca cuando escribió su obra De la ira hace 20 siglos, para...

¿Había fallas? Sí, pero eso no implicaba dinamitar el sistema de salud. Había que fortalecerlo.

En la coalición del Gobierno no se han percatado de que el problema está en ellos mismos.

Petro tiene que respetar las decisiones de los congresistas porque fueron electos popularmente.

El Presidente no tiene problema en torcer la realidad para culpar a la Corte Constitucional.

La manera como está reconfigurando el gabinete de ministros revela su estrategia de poder.

Los gobernantes territoriales se han echado el país al hombro, dejando sin agenda a los ministros.

No hay nadie más interesado en que el régimen de Maduro no se caiga que el Eln. Ojo con el Vichada.

Lo que vimos en el Consejo de ministros fue una institucionalidad debilitada por la personalización del poder.

Cuando las pasiones entran a regir las decisiones del Gobierno, el país escala a una coyuntura crítica.

Recurrir a la conmoción interior, además de resultar inútil, deja ver que al Presidente se le salió el país de las manos.

Entramos en una era en la que se desenvolverán y adquirirán una forma definida los patrones de producción, distribución y consumo.

Hasta ahora, el fraude electoral en Venezuela dejó tendido en la lona al canciller Luis Gilberto Murillo.

Pocas veces en Colombia las señales del porvenir habían sido tan contradictorias. Justo cuando el presidente Petro inicia su último tercio de...
