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Las instituciones, como enemigo

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03.04.2025
La ira es "el deseo ciego de venganza que arrastra consigo al vengador", sentenció Séneca cuando escribió su obra De la ira hace 20 siglos, para explicar cómo las emociones destructivas pueden arrastrar a las personas hacia su destrucción. Para el filósofo estoico, la ira es un estado emocional irracional que nubla el juicio y empuja al individuo a tomar decisiones impulsivas y dañinas. La define como un "deseo ciego", porque con ello quiere ilustrar cómo, cuando aparece, impide a la persona razonar y entender las cosas tal como están sucediendo. Y sentencia que "arrastra consigo al vengador", para mostrar cómo llega a tomar control sobre él, hasta que lo convierte en víctima de sus pasiones.

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Pero la ira no es la única pasión. La avaricia, la soberbia y la vanagloria también han cegado la cordura de los individuos hasta llevarlos a la muerte. Desde entonces, se ha buscado protegerse de la furia de las pasiones, para evitar ser arrastrados hacia su destrucción.

En Ulises........

© El Tiempo