Este Búho lee que Machu Picchu, nuestra maravilla mundial, está en peligro de colapsar por la afluencia masiva de turistas que supera lo permitido. Esta situación podría poner en riesgo el ecosistema del santuario inca y dañar las escalinatas y caminos.

El Ministerio de Cultura tiene que poner orden en forma urgente. Por ahora prefiero recordar los inolvidables viajes que este columnista hizo a la bella tierra del Sol. La primera vez que pisé Cusco, para mí una de las ciudades más hermosas del mundo, era un jovencito feliz e indocumentado, como diría el gran Gabriel García Márquez. Apenas rozaba la mayoría de edad y luego de varios ‘cachuelitos’ de verano pude juntar dinero para por fin viajar. Estaba motivado por mi querido abuelo, quien decía: ‘Un viaje puede liberarte, quitarte ese peso que te agobia. Un viaje, hijo, cura las heridas del alma y del corazón’.

Así que cogí mi mochila, un par de pantalones, polos y me fui. Viajar en bus desde Lima es una prueba de resistencia física que solo aguantan los más recios. Sus 22 o 24 horas de trayecto podrían desanimar a cualquiera, pero bien vale la pena........

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