Sobre el síndrome del impostor
La salud mental es un tema cada vez más cotidiano. A través de internet hemos adquirido una conciencia generacional sobre la importancia de trabajar en ella. Identificar las veces en que tenemos ideas preconcebidas que nos limitan e, incluso, pueden llegar a hacernos daño. Aprender a mejorar desde dentro, a ser amables con nosotros mismos, a resguardarnos del ruido y encontrar la paz. De repente uno nota que no está solo en esa búsqueda, que hay más personas que sienten lo mismo, y que hay una manera de navegar esos pensamientos y emociones para hacerlos más llevaderos. Me pasó con el famoso síndrome del impostor.
Este síndrome describe cuando una persona, a pesar de tener logros y habilidades reales, duda de su competencia, siente que no merece su éxito, que fue casualidad o un error. Incluso llega a tener miedo de que lo “descubran”, como si se tratara de un fraude. También puede manifestarse minimizando los resultados: “Si pude hacerlo yo, no era tan difícil”. La humildad se rebela en contra.
Está bien ser humilde y dejar sitio para la mejora y el aprendizaje, pero no al extremo de minimizar los propios logros o tener una visión distorsionada de los éxitos personales. En un mundo que parece........
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