Luis Barragán: Corre sangre venezolana por nuestras venas
“¿Cómo lo que surgió como una alianza
entre bandas en el centro de Venezuela
se convirtió en una de las organizaciones
criminales más temidas de América Latina?”
Rona Rísquez (*)
Ineludibles, hay tópicos que sorprenden constantemente y temas de una respetable profundidad que se quedan a medio camino, dando paso a otros en ese infernal y vicioso círculo de más de dos décadas trastocado en sistema político. Ojalá no ocurra algo semejante con la consabida deportación de los venezolanos a El Salvador, dándole también soporte a una interesada e inaceptable satanización del gentilicio.
Por supuesto, nada inocente el fenómeno, solemos no apuntar a sus orígenes y desarrollos, prefiriendo la espectacularidad de sus consecuencias. Y muchos se juran estupefactos por la propia existencia de sendas megabandas delincuenciales que, faltando poco, supieron y saben de un serísimo esfuerzo de investigación e interpretación periodística y académica, prontamente olvidado a favor de las consignas de uso y desuso de acuerdo al momento.
Nadie niega la conformación de un tren – vaya acepción que ha ganado el término – hamponil desde el estado Aragua, extendido y transnacionalizado en breve tiempo para asombro de legos y especialistas, así como el derecho de las autoridades estadounidenses de adoptar medidas para proteger a sus conciudadanos. Sin embargo, y es lo que ha llamado la atención del reciente comunicado de la Plataforma Unitaria, el problema estriba en el cabal respeto........
© La Patilla
