La capsaicina es una molécula pequeña y vengativa.

El origen de la medida

Vive en las venas de los ajíes y tiene un talento particular: engañar al cerebro haciéndole creer que la boca está en llamas. No produce calor, pero activa los mismos receptores del dolor que reaccionan al fuego. Por eso cuando un ají pica parece que quemara, pero no, y aunque uno jure lo contrario mientras busca agua como si fuera antídoto. Hay ajíes que solo saludan como Teletubbie. Hay otros que llegan pegándole hachazos a la puerta: “Here’s Johnny!”, dejando a la lengua en estado de shock. Todo ese teatro ardiente se debe normalmente a una cantidad minúscula de capsaicina: unas gotas moleculares que........

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