Ha aparecido un nuevo concepto en redes. El nuevo lujo. Básicamente, se afirma que hoy por hoy los conceptos de “tiempo, calma, ser honesto con uno mismo, autenticidad y compartir momentos de calidad” son el verdadero lujo.
Entiendo, entonces, que el nuevo lujo no se mide únicamente en relojes suizos ni en autos de alta gama. Tampoco en la ropa ni en el tamaño de la oficina que presumimos.
Hoy, el verdadero lujo —ese que no se compra ni se hereda— es la integridad. Y en la política peruana, la integridad se ha vuelto una especie en extinción.
Durante décadas, nuestros líderes han confundido poder con éxito, y éxito con dinero. El político del siglo XXI ya no aspira a transformar su país, sino a asegurarse un contrato, un carguito o una embajada. La política, que alguna vez fue vocación de servicio, hoy parece un club de negocios con disfraz de ideología.
El nuevo lujo, en cambio, es exactamente lo contrario: es tener tiempo para pensar antes........

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