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La emboscada

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¿Qué respondería usted si el gobierno le pregunta si está de acuerdo, o no, con una jornada de trabajo que dure máximo 8 horas y que esta se realice en la franja horaria entre las 6:00 a las 18:00? Seguramente votaría que sí, y el Presidente capitalizaría su respaldo. Esa es la primera de doce preguntas que el Ejecutivo colombiano le haría a la ciudadanía en una consulta nacional, a realizarse el 7 de agosto, si el Poder Legislativo no aprueba la reforma laboral que propone. No es que en Colombia se viva un régimen esclavista. El 2021 refrendaron una reducción gradual de 48 a 42 horas semanales, en vías de implementación.

Asimismo, se propone preguntarle a los colombianos si estarían de acuerdo, o no, con que se les pague un recargo del 100% por el trabajo en días de descanso dominical o festivo. Da la impresión, a primera vista, que no existe ese pago extra. Lo que se oculta, es que hoy el recargo es de un 75% del salario. La trampa está en plantear estas cuestiones en fórmulas binarias, Sí o No, y esconder el alcance de estas medidas. Se trata de una jugada política que no tiene en cuenta el empleo, sino el poder mediante la manipulación de la emoción.

El verdadero problema en materia de trabajo en Colombia es que más del 50% de las personas tienen ocupaciones informales y las reformas del Presidente apuntan, principalmente, a la mitad de los colombianos que tienen empleos en regla. Presiento que el mandatario cree que la informalidad se resuelve con un toque de magia. Así se deduce de la pregunta: ¿está de acuerdo en promover la estabilidad laboral mediante contratos a término indefinido como regla general?

La oposición, el mundo empresarial y una parte de los partidos que han apoyado al Gobierno hasta ahora, piensan que una reforma es necesaria, pero quieren que se oriente a estimular la generación de empleos formales y sacar a las personas de ese limbo de precariedad donde se produce el abuso. Eso no se logra, sin embargo, haciendo........

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