Soliloquios de café: “La necesaria conciencia ambiental”
Amar a la Patria conlleva implícitamente, el amar a sus ciudadanos íntegros, de buena voluntad, es por ello que, ante los hechos ocurridos como consecuencia de las torrenciales lluvias, cuyas aguas no han tenido la resguardo natural, presuntamente, como consecuencia de la tala y la quema impunemente incontrolada a pesar de más de 7 leyes y tres artículos constitucionales que la regulan, y la falta de “Conciencia Ambiental”, una vez más hago un llamado de alerta para que se pare la depredación que viene socavando los cimientos de nuestras próximas generaciones, siguiendo el principio dejado por la Madre Teresa de Calcuta:
“Quien no vive para servir… No sirve para vivir”.
Los Andes venezolanos propiamente dichos, comienzan en el suroeste en la depresión del Táchira, desde donde se extienden en dirección noreste hasta la depresión de Barquisimeto-Acarigua en los Estados Lara y Portuguesa, donde está ubicada la “Montaña del Altar, mejor conocida como, “El Parque Nacional Terepaima”, área estrictamente protegida por leyes específicas que, al igual que toda la cadena montañosa descrita, conocida como Los Andes venezolanos”, está siendo depredada continua, constante e impunemente desde hace mucho más de cuatro décadas.
Ya en una oportunidad, en el “Parque Nacional Terepaima” hubo un deslizamiento de tierra considerable, gracias a Dios Todopoderoso, sin ocasionar daños (¿Será por esta razón........
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