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Crónicas de Facundo: Aproximación a León XIV

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20.05.2025

La elección de León XIV como sucesor en la cátedra de Pedro ha sorprendido al mundo. No aparecía en las quinielas del mercado y su elección se presagiaba tormentosa, tras el repetido argumento de la división de la Iglesia Católica entre cardenales progresistas y tradicionalistas. De un americano del sur tenemos ahora a un hombre de las Américas, en plural. No obstante, la pregunta que se repite y habrá de ser despejada por el electo es la misma: ¿continuidad o disrupción?

Y como las simplificaciones están a la orden del día, algo propio del ecosistema globalizador dominante, nutrido de polarizaciones y posverdades y de una contracultura de la fugacidad, será pertinente esperar. Luego podrá situarse en sus justas dimensiones el sentido y la trascendencia del papado que se inaugura. Lo expedito en la deliberación del Cónclave indica que sí obró el Espíritu Santo. Los problemas de ayer siguen siendo los mismos, de allí que la continuidad se impone. El método para resolver acaso sea distinto, pues el carisma y la personalidad del pontífice son otros. Al cabo, los fundamentos de la Iglesia de Cristo cuentan con un respaldo milenario.

León XIV es un sacerdote agustino, Prior que fue de su Orden y luego Cardenal Prefecto de la Congregación de los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. De 69 años, nacido en Chicago, de madre española y padre norteamericano, es descendiente inmediato de inmigrantes franceses y procedentes de España. Más, el ahora Pontífice, creado Príncipe de la Iglesia por Francisco, sirvió como misionero y Obispo en Chiclayo. Un hombre universal, en suma.

De apariencia sencilla, recatado, de sentido común según los que le conocen, ajeno a ser el centro de la atención fue llamado a Roma, donde previamente alcanza su licenciatura y doctorado en derecho canónico en la Universidad Angelicum. Su preocupación por la labor de la Iglesia en favor de los pobres y haber sido director de misiones de la Orden de San Agustín antes de ser arzobispo, hubo de llamar la atención del Papa recién fallecido.

Robert Francis Prevost Martínez, ahora Sumo Pontífice, un licenciado en matemáticas por la Universidad agustina de Villanova sita en Filadelfia, en su primera aparición en la Plaza de San Pedro evocó el ejemplo del Papa Bergoglio, asegurando la uniformidad en la Iglesia Católica. Más el nombre que ha elegido, León, marca su decisión de atajar y conducirnos en el tiempo nuevo, Rerum Novarum. Tratará, es lo previsible, de hacer cesar las tendencias – exacerbadas por el mundillo de las redes y resueltas tras su elección fast track – ofreciéndoles una perspectiva trascendente en un mundo de inmediateces digitales.

Sin lugar a dudas Papa Prevost, por su oficio y el carisma de ser hijo de San Agustín compartirá la opción preferencial por los pobres, al ser, además, más que un obispo estadounidense un prelado latinoamericano nutrido con las enseñanzas del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño); en lo particular, con las actualizadas en Aparecida de 2007 y alcanzadas bajo el pontificado de Benedicto XVI, tanto como realizadas con fervor........

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