Los últimos estudios ya advierten que nuestros jóvenes padecen de una “insatisfacción endémica” en todos los sentidos. Ya no es una coyuntura o un problema temporal. La crisis económica, la precariedad laboral y la ausencia en un futuro cierto en el corto plazo, han dinamitado las esperanzas de un futuro mejor de nuestras nuevas generaciones.

Bolivia es –de Latinoamérica– el país más joven y es, al mismo tiempo, la nación gobernada por los políticos más viejos. De media 60 años para arriba. Según cifras de autoridades en todos los niveles, solo un cuatro por ciento correspondería a políticos y autoridades menores a 40 años.
Claramente, no hubo una renovación de liderazgos ni de cuadros políticos, debido, en primera instancia, al constreñimiento político del masismo y su persecución salvaje a cualquier clase de oposición. Incluso dentro del propio partido, el MAS acarreó su fallecimiento electoral a causa de su estéril caudillismo.

Durante más de veinte años se proscribió el ejercicio abierto de la política y se monopolizó el máximo ejercicio de ciudadanía en un reducido grupo intolerante, abusivo y corrupto. Propio de los regímenes socialistas: una........

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