En defensa de la democracia
Bolivia atraviesa horas oscuras de luto, dolor e incertidumbre. Las imágenes que llegan desde Llallagua estremecen al país: tres efectivos de la Policía ha sido asesinados y una población entera ha sido rehén de grupos armados que, escudados en una supuesta reivindicación política, sembraron el miedo y desataron la violencia.
Nada, absolutamente nada, justifica el derramamiento de sangre, el uso de dinamita, armas de fuego y emboscadas como método de presión. Los autores materiales e intelectuales de estos hechos no pueden seguir escudándose en discursos ideológicos ni en inmunidades fácticas. La ley no se negocia ni se arrodilla ante ninguna ambición personal.
Evo Morales, principal instigador de esta crisis, carga hoy con una responsabilidad política y moral que la historia sabrá juzgar, pero que la justicia debe........
© El Deber
