El presidente Luis Arce enfrenta un creciente malestar social en un clima electoralizado y a solo nueve meses de la finalización de su mandato. Esta conflictividad en ciernes es acentuada por la ausencia crónica de divisas y una provisión irregular de diésel que ha influido, de manera sostenida, en el incremento de los “alimentos esenciales”, de acuerdo con la percepción de diversos actores económicos del país.

Pero el gobierno de Luis Arce no comparte esta percepción. De hecho, la respuesta ante estas tendencias de carácter inflacionario ha estado marcada por mayores medidas de control, prohibición de exportaciones y confiscaciones; unas medidas que han generado reacciones y la articulación de una protesta social que se muestra en ascenso.

Precisamente, entre las medidas de control anticrisis está la disposición transitoria séptima del Presupuesto General del Estado (PGE) 2025. Y a esta realidad se acaba de........

© El Deber