Zafarrancho
Lo que ocurre en Bolivia no es una elección democrática: es una tragicomedia jurídica, un zafarrancho institucional donde la democracia se ha convertido en una escenografía de cartón, montada por actores de reparto cuya única vocación es la traición. Las elecciones generales previstas para el 17 de agosto están más en riesgo que nunca por el asedio judicial impulsado por operadores políticos que, con ropaje de jueces o abogados, cumplen el papel de sicarios de la democracia.
La guerra sucia se hace presente con demandas que brotan como hongos, acciones populares que parecen caer del cielo, impugnaciones ridículas, llantos frente a las cámaras y una justicia que calla o actúa según el guión dictado por los titiriteros del poder. La “judicialización del proceso electoral” es una estrategia de sabotaje, un golpe frío, una maniobra concertada para........© El Día
