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Las “ondas sísmicas” del 21F son de largo alcance

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20.05.2025

Con un título muy parecido, “El 21F tiene ondas sísmicas de largo alcance”, el 3 de julio de 2018, dos años y medio después de la consulta popular del 21 de febrero de 2016, publiqué una columna que daba cuenta de esta suerte de maldición que persigue a Evo Morales en su destino desde aquella fatídica fecha.

Estas “ondas sísmicas” lo persiguen hasta hoy. Y parece que no tendrán fin hasta el día de su sepultura política. Es como si el grito “Bolivia dice NO” —valga la redundancia y la tautología— se repitiera recurrentemente.

El 21F es el punto de inflexión a partir del cual el destino político de Morales —provocado por esa desmedida y enfermiza ambición de poder eterno— toma otro camino e ingresa en una brutal fase de deterioro sostenido, causada precisamente por esas “ondas” expansivas que lo persiguen diciéndole NO, a cada rato, a sus afanes re-re-reeleccionistas.

Esta maldición se gesta cuando el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de entonces —sometido como el de ahora— decide convalidar las ambiciones de poder eterno del caudillo, eliminando la limitación de la Constitución que prohíbe gobernar por más de dos mandatos. Ese Tribunal, con ese fallo, arrogándose facultades constituyentes, modificó para el 2019 el artículo 168 de la Constitución, habilitando a Morales indefinidamente y de por vida con el pretexto de “derecho humano”. Vean qué irónica es la política: hoy, ese mismo TCP, arrogándose también competencias constituyentes, modifica el artículo........

© El Día