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Querido Juan

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07.07.2025

Conocí a Juan Almuelle Angles, en tiempo y circunstancias que no recuerdo bien, presumo que fue en las primeras escapadas bohemias en Arequipa en los inicios del ’70, cuando nos veníamos al centro, por los rincones de Rivero y San Lázaro, y como no había un bar o un café de confianza se improvisaban algunas pequeñas viviendas como destino. Fue famoso en ello el “Cuarto de Rolo”. Demás está decir que las condiciones eran muy precarias, pero a nadie le importaba, lo importante era platicar, a veces se cantaba, nunca faltó una guitarra o una zampoña. No tengo dudas que un asiduo a esos encuentros fue Juanito, pues era vecino del barrio, y desde entonces se volvió un personaje muy popular. Un amigo cabal y un gran artista, en el arte más difícil de plasmar: el de vitralista.

Pasados pocos años, me volví a encontrar con Juanito en Lima. Me hospedé en una casa en Jesús María, donde él también rentaba parte de ella con otro amigo y compañero, Miguel Incio. Fue en la época en que colaboraba con el diario de Marca, cuando éste marcaba la pauta de los intelectuales democráticos más destacados, (hoy serían tildados como caviares). Su suplemento, El Caballo Rojo dirigido por el poeta Antonio Cisneros, era el mejor medio cultural del Perú. De ese tiempo, recuerdo una escultura del Quijote en vidrio, en tamaño natural, obra de Juan. La tenían en un restaurante muy concurrido en la bajada de baños de Barranco. Años más tarde........

© El Búho