De tumbo en tumbo
Los seres humanos no somos perfectos. Todos tenemos equivocaciones y aciertos. Pero a un presidente de la nación le queda cuellón esconder los errores y demasiado soberbio exagerar sus logros.
Es entonces la capacidad de usar el razonamiento para discernir cuándo la equivocación ha sido fruto de un error involuntario y en qué momento la consecuencia de una pésima actuación.
Por supuesto es lo que más de un colombiano aspira que tenga su presidente: sindéresis. Pero como lo........
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