'Los hombros soportan el mundo' de Carlos Drummond de Andrade
Llega un tiempo en que no se dice más Dios mío.
Tiempo de absoluta depuración.
Tiempo en que no se dice más mi amor.
Porque el amor resultó inútil.
Y los ojos no lloran.
Y las manos apenas urden el trabajo duro.
Y el corazón está seco.
En vano las mujeres tocan la puerta, no abrirás.
Te quedaste solo, se apagó la luz,
pero en la oscuridad tus ojos resplandecen enormes.
Eres todo certeza, ya no sabes sufrir.
Y no esperas de tus amigos nada.
Poco importa que venga la vejez, qué es la vejez.
Tus hombros soportan el mundo
y el mundo no pesa más que la mano de un........
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