Juan Emilio Fríguls, una crónica para la historia cubana
Hace mucho tiempo que tenía pendientes estas palabras, en deuda permanente con un maestro, un mentor y un amigo inolvidable que se llamó Juan Emilio Fríguls (1919-2007). Hoy estaría cumpliendo 106 años, una cifra que parecía alcanzable para un hombre de bien, que practicó siempre la bondad como estrategia de vida y que compartía la cotidianidad profesional con la serena alegría de un patriarca adelantado al porvenir.
Fríguls fue el laico católico más conocido en la Cuba republicana y prolongó su preeminencia como reportero de asuntos religiosos y coberturas culturales en los años en que el periodismo cubano descarriló sus rumbos y se torció en propaganda celebrativa tras la estatización de los medios de comunicación, en 1960. Aún así, la conducta de Fríguls mantuvo un esmero, una contención expresiva y un apego al compromiso ético que le permitieron sobrevivir en tiempos difíciles con una dignidad periodística realmente modélica.
Lo conocí en el verano de 1983, cuando apenas acaba de graduarme de periodista, asistiendo a una conferencia de prensa sobre conservación patrimonial. Desde entonces la admiración, las coincidencias de criterios, y hasta los rasgos físicos y de personalidad que compartíamos –en el gremio llegué a ser honrado con el calificativo de “El joven Fríguls”– nos acercaron entrañablemente. Fríguls tenía un particular don para entender y sintonizar con la gente joven, de manera que se convirtió en una figura de devoción en nuestro grupo íntimo de amigos, transitando por la Historia y la intrahistoria, el costumbrismo, el vasto conocimiento de los personajes habaneros (El Caballero de París, Bigote de Gato, La Marquesa et al) y, obviamente, la actualidad nacional, puertas adentro del inefable hermetismo oficial.
Fríguls fue el caballero de la decencia, el hombre que sabía demasiado en una Habana en tránsito a la decadencia, en un país enquistado en la mentira y el triunfalismo. Lo sabía, lo comprendía, lo conversaba en privado, y solía sonreír con la sapiencia que se percibe por encima de las palabras y las declaraciones de fe, sin necesidad de verbalizarlas.
Juan Emilio Fríguls (1919-2007). Foto: Portal del Ciudadano de La Habana.El prontuario periodístico de Fríguls es tan excepcional que a veces nos resulta difícil imaginar lo que este hombre fue capaz de cumplir y establecer un legado con tanto magisterio.
Ingresó muy joven en el Seminario de Derecho Diplomático, pero abandonó la carrera al enterarse del nacimiento de la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling” y su primera convocatoria, lanzada en 1942. Se graduó oficialmente cinco años después, pero desde antes de titularse sus columnas sobre catolicismo y sociología religiosa ya salían en el periódico Información, y en 1947 pasó a encargarse de la sección “Catolicismo” en el Diario de la Marina.
Colaboró con la mítica sección En Cuba de la revista Bohemia, fue reportero de la no menos legendaria Unión Radio, de Gaspar Pumarejo, y se desempeñó también como corresponsal de National Catholic Welfare, con sede en Washington DC, que antecedió a la agencia Zenit News del Vaticano.
Fríguls durante sus años en Unión Radio.Entrevistó a los papas Pío XII y Pablo VI, dio en primicia para Cuba y el mundo la muerte del líder ortodoxo Eduardo Chibás (1907-1951), y tuvo un rol destacado en la mediación de la Iglesia Católica ante el gobierno de Fulgencio Batista para........
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