Pseudónimos de amor
Sección Placeres, de la revista Bohemia
Enamorar, a pesar de lo agradable, no ha sido nunca tarea fácil. Aún hoy a los muchachos se les enfría el estómago –si les gusta de verdad la muchacha– a la hora de “declararse” y no pocos se arriesgan al lenguaje silencioso del contacto físico con tal de evadir frases engorrosas. Algunos llegan al extremo de ni siquiera atreverse a conversar con la hermosa que los mantiene en estado de shock.
Lo que tanto ellos temen y todavía agrada a la mayoría de las mujeres, es tan viejo como el mundo. Galanteo encontramos incluso entre los animales. Dicen, además, que el garrotazo en la cabeza durante la edad de piedra era una manera de galantear (yo creo que más bien regalaban piedrecitas de colores, un muslo de rinoceronte bien asado y cosas así). Cuando al fin el hombre aprendió a hablar y se convirtió en una especie inteligente, hizo del cortejo amoroso todo un arte.
No recomendamos copiar fórmulas antiguas. Ya no impactan los combates al estilo del rey Arturo y los caballeros de su mesa redonda, tampoco las reverencias perfumadas de Luis XV ni romper durante meses el sillón de rejilla, entre suspiros melancólicos y ojos de carnero........
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