Libertades veraniegas
Las obras de “El pintor de la luz”, aunque centenarias, siguen cautivándonos
En medio de este julio, cuando uno se derrite incluso a la sombra y en La Habana un viaje a la playa es un sueño o una aventura arriesgada, mirar un cuadro de Sorolla funciona como un bálsamo.
Bajo el toldo (1910). / commons.wikimedia.orgJunto a la orilla, o dentro de las aguas poco profundas, niños de diversas edades y algunas muchachas juegan despreocupados. Un respiro a la rutina cotidiana, un escenario abierto donde coinciden ricos y pobres.
Sin embargo, la diferencia entre las clases sociales resulta innegable. Las señoras, ataviadas con trajes vaporosos, sombrillas y velos evidencian la elegancia de la belle époque; o sea, finales del siglo XIX e inicios del XX.
Por el contrario, las mujeres de los pescadores usan prendas típicas, alpargatas. Pareciera que las damas han planeado su jornada de asueto –esta incluye hasta llevar lo necesario para sentarse a dibujar el paisaje-–, mientras las trabajadoras apenas se conceden,........
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