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Una organización para desencadenar la insurrección

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Como lo había previsto, al no dejar la tiranía opción alguna para una oposición política pacífica, Fidel organiza el M-26-7 destinado a enfrentar al régimen despótico mediante la lucha armada

Fotos. / Autor no identificado

Durante sus 22 meses de cárcel –19 de los cuales transcurrieron en el Presidio Modelo de Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud)–, Fidel delineó la estrategia revolucionaria a seguir frente a la tiranía batistiana, consistente en vertebrar un movimiento independiente y ajeno a los politiqueros corrompidos y proimperialistas, y desencadenar la insurrección popular como la forma más alta de la lucha de masas.

Bien sabía el Jefe de los moncadistas que la dictadura militar no permitiría una oposición política pacífica, por lo que era necesario estructurar una organización clandestina, al estilo de la Joven Cuba de Antonio Guiteras, y encauzar al pueblo por la vía de la lucha armada, una vez convencidas las masas que para resolver los problemas que aquejaban a Cuba la única solución era la del 68 y el 95.

El entonces joven abogado de 28 años concebía el nuevo movimiento con un carácter unitario, no solo incluyendo a los veteranos de los asaltos a los cuarteles Moncada y Céspedes, quienes serían el núcleo inicial, sino a todos los que se habían distinguido en el enfrentamiento al batistato, independientemente de su afiliación política anterior.

Lógicamente, aparte de sus compañeros de las acciones del 26 de julio, Fidel orientó captar a miembros valiosos de la Juventud Ortodoxa. Reiteró más de una vez la urgente necesidad de reclutar “cien mil jóvenes, cien mil mujeres, cien mil trabajadores”. Sus relaciones con el Frente Cívico de Mujeres Martianas se fortalecieron y muchas de ellas ostentaron una doble militancia pues también........

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