Trump no es un trompo loco, "no quiere hacer un cambio de régimen en Venezuela". Un preso liberado y Chevron tiene 60 días más
Hay muchas cosas predecibles; mucho pragmatismo en la vida y esto sirve de guía para "adivinar", ciertas cosas. Cuando abordo estos temas, suelo recordar a Bretch, a quien antes de leer el texto de "La Ópera de los tres centavos", vi en el "teatro universitario" de la UCV, montar esa obra dirigida por Alberto Sánchez, hijo de la gran Magdalena Sánchez. En esa obra se dice, a través del grito de las multitudes, "lo primero es el comer, la moral viene después".
Luego leí a Don Quijote, en su segunda salida, decirle a Sancho, "vamos a comer, porque para tener el dominio de las armas, hay que tener el dominio de las tripas".
Y todo lo anterior suelo repetirlo, porque no solo es en gran medida verdad y porque es línea fundamental de la moral del capitalismo.
Varios trabajos he escrito ya, en los cuales basándome en opiniones de personajes bien conectados con los canales donde circula la información y de quienes manejan con sobriedad y equilibrio el acontecer, he dicho que en lo que concierne a las relaciones entre Venezuela y EEUU, ahora bajo el gobierno de Trump, no está dicha la última palabra.
Las opiniones más generalizadas habían previsto que Trump, vendría en lo inmediato, con la intención de recomponer las relaciones con Venezuela, pero lo acontecido el 28J, acerca del cual podemos decir que se impuso la narrativa o interpretación que había habido un fraude, en lo que la conducta sinuosa, extraña y aún no bien explicada, convincentemente, del CNE, pese la oposición tampoco probó nada a su favor, sirvió para que factores que apoyaron a Trump, como los representados por Narco Rubio, quien traslada su estado emocional, derivado de la historia de Cuba, esa asociada a la llamada "Revolución cubana", a todos los gobiernos que tengan buenas relaciones con el de la isla caribeña, la de donde es originario. Ese enredo electoral, promocionado desde muchos frentes, incluyendo la UE, le dio más fuerzas a quienes esperaban que, el reelecto presidente de EEUU, continuase con la fracasada estrategia de deshacerse del gobierno de Maduro por cualquier vía. Un asunto más de oportunismo político, emocional y como tal transitorio pareció detenerlo.
Ese cuadro impuso en Trump una política sinuosa frente a Venezuela que, en los últimos días, tenía las características de ruptura........
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