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Ricardo SantamaríaPortafolio |


Detrás del discurso de “refundar la nación” se esconde la intención de cambiar las reglas para perpetuar el poder.

La elección de 2026 será una batalla por el alma de la nación, entre quienes quieren imponer su ideología a toda costa

Ningún poder corrupto y violento sobrevive eternamente cuando la sociedad ha perdido el miedo. Y Venezuela ya perdió el miedo.

El delito político cumplió su función histórica en un contexto ya superado, pero hoy debe ser eliminado como figura habilitante de negociación.

Colombia necesita un presidente enfocado en soluciones, que gobierne para los 50 millones de ciudadanos que enfrentan problemas diarios.

El problema de Colombia no está en la norma suprema, sino en su cumplimiento. No hemos agotado las posibilidades que nos da la Constitución del 91.

La selección nos recuerda que somos colombianos y que no hay retos que nos queden grandes.

El tiempo de la pelea estéril ya pasó; es hora de competir con ideas.

El futuro no se juega solo en la Casa de Nariño, también se define en cada curul del Capitolio.

¿No es una obligación constitucional que el Presidente ejerza como el mandatario de todos los colombianos y gobierne teniendo en cuenta el bien común?

En la administración y el Pacto Histórico la autocritica brilla por su ausencia. Petro aún puede corregir el rumbo.

La gente no quiere discursos de izquierda o derecha: quiere propuestas viables, liderazgos serios y resultados tangibles.

Siempre ha habido una fuerza que nos empuja hacia adelante. Esa fuerza son sus ciudadanos.

La dispersión de votos del centro entre múltiples candidatos, es la carta de triunfo de los extremos.

Se han convertido en referentes de buen gobierno, sensatez y gestión eficiente. Su gestión y liderazgo, son la gran esperanza del país.

La Carta del 91 no es perfecta, pero es el mejor marco democrático que ha tenido Colombia.

Para bien de la democracia funcionó la separación de poderes. Con esto de la constituyente debe ocurrir lo mismo. Hay que respetar la Constitución.

La imagen de Miguel Uribe, firme en sus convicciones, se ha convertido en símbolo de unión y resistencia.

La campaña que se avecina es decisiva para el futuro de Colombia. No podemos permitir que esté marcada por el miedo, el odio o la desconfianza.

Colombia no puede esperar eternamente a que los violentos decidan dejar de serlo por voluntad propia.

Muchas veces, ahora mismo, lloro, pero lo hago de alegría, de agradecimiento. Si se puede. Sobrio y feliz. Converso con muchos jóvenes. Agradecido.

Hoy la oposición tiene la oportunidad de construir una alternativa de cambio con la reforma laboral. Puede ser el primer paso.

Gobernar no es imponer, es construir consensos. Lo que no hace el Gobierno.

Es tiempo de decisiones técnicas, estratégicas y urgentes. ¿Lo está haciendo el Gobierno?

Desde que escuché su primera frase, me gustó el papa Francisco. Como ser humano. Lograba sentir su corazón.

Poco a poco Cali está recuperando su liderazgo nacional que lo había perdido por malas administraciones y por un estallido social mal manejado.

El Presidente quiere reelegir su proyecto político -dijo Dumek Turbay- pero es imposible que lo haga porque no ha hecho nada para merecerlo.

Obras como la instalación del alumbrado público para más de 220 barrios, son tan necesarios hoy en día, como apuesta por mejorar calidad de vida.

Lo que los ciudadanos necesitan de parte de sus gobernantes son política públicas ejecutables y alcanzables.


Petro tiene poco tiempo para atender la agenda de gobierno, ya que lo que hoy se inicia es la campaña por las elecciones presidenciales del 2026.

Hasta hoy, ninguna medida tomada por EE. UU. ha podido frenar este fenómeno cultural y es improbable que Trump pueda lograrlo.

Lo que está en juego no es solamente derrotar democráticamente a Petro, es un nuevo liderazgo para Colombia.

Quizás el fenómeno social que más ha impactado la vida de todos los habitantes de este planeta: la globalización de la información.

Ya invertimos una vida entera en el deber ser y podemos, con suerte, pasar al querer ser. La ilusión nace de un nuevo sueño.

Hay una mejor manera de gobernar a Colombia. Ese es el punto central para la elección del 2026.

El daño que le hizo Petro a las relaciones con Estados Unidos es irreparable.

La recuperación no tiene meta. Ganamos en confianza, superamos miedos.

Es una tarea conjunta para las tres ramas del poder público, con apoyo de la comunidad y toda la sociedad.

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Me gusta recorrer las carreteras de Colombia. Siempre que puedo, lo hago. Boyacá, zona cafetera, Cundinamarca, Antioquia. Recientemente hice Bogotá...

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