Los dos hongos que ayudaron a derrotar a los ejércitos de Napoleón y de Hitler en Rusia
Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler tuvieron trayectorias militares paralelas: ambos sufrieron derrotas catastróficas en Rusia sin lograr capturar su capital. Esta similitud no es solo un dato curioso de la historia, sino una profunda lección sobre los límites del poder militar y las consecuencias de subestimar la resistencia y las condiciones adversas, intoxicaciones alimentarias incluidas.
En junio de 1812, Napoleón emprendió su célebre campaña contra Rusia con la Grande Armée, hasta ese momento considerada invencible. Buscaba forzar al zar Alejandro I a reincorporarse al Bloqueo Continental, cuyo propósito era asfixiar económicamente a Gran Bretaña.
No obstante, la táctica de tierra quemada empleada por los rusos, la inmensidad de su territorio, las condiciones climáticas extremas y la sólida resistencia de los defensores mermaron las fuerzas de Napoleón, obligándole a realizar una retirada catastrófica. Fue el principio del fin de su imperio.
Casi 130 años después, Hitler cometió un error sorprendentemente similar. En junio de 1941, confiado en una rápida victoria, lanzó la invasión de la Unión Soviética –la Operación Barbarroja–, que se convirtió en el frente más grande y sangriento de la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que Napoleón, Hitler subestimó la dureza del invierno ruso, así como la capacidad de resistencia del Ejército Rojo y el pueblo soviético. A pesar de las victorias iniciales, el ejército alemán no logró tomar Moscú y........
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