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El papa de las periferias

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24.04.2025

Francisco, que venía del fin del mundo, logró encantar a una sociedad marcada por la desafiliación religiosa. Abrazó a las periferias geográficas y pastorales, bregó por los rotos, los abandonados, los sufrientes. En un mundo girado a la derecha, la voz del Papa argentino gritó los peligros de la deriva autoritaria, reivindicó derechos universales, se hizo embajador del diálogo. Y se convirtió, dice Verónica Giménez Béliveau, en una de las escasísimas voces que defendieron el humanismo en un mundo cada vez más tecnocrático, excluyente y desigual.

21 de abril de 2025, en la madrugada Vaticana muere el papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos en Argentina, sacerdote jesuita, cardenal primado de Buenos Aires. El primer papa latinoamericano cierra un papado que marcó a la Iglesia contemporánea, y mostró, una vez más, cómo la Iglesia católica perdura adaptándose al mundo y negociando maneras plurales de vivir la modernidad.

¿Qué significó el papado de Francisco en nuestra época? ¿A quién le hablaba el papa Francisco? ¿A qué demandas dio voz? ¿Qué tensiones habitaron su papado? ¿Cómo sigue el legado?

La sociedad a la que le habla el Papa

El primer papa latinoamericano asumió su pontificado en un momento histórico en el cual la pluralización religiosa en América Latina estaba en marcha desde hacía largo tiempo. La baja de las adhesiones al catolicismo, ya evidentes en las últimas décadas del siglo XX, se aceleró consistentemente en el siglo XXI. El número de católicos cayó alrededor de 13 puntos porcentuales en Argentina entre 2008 y 2019, según los datos de la Primera y la Segunda Encuesta de creencias y actitudes religiosas en Argentina del CONICET. En el resto de América Latina se constata una tendencia similar, según los datos de Latinobarómetro: en la última década el catolicismo en Brasil y en Colombia bajó 10 puntos porcentuales, 9 puntos porcentuales en México. Hay países en los que el catolicismo ya no es la religión mayoritaria, como Honduras y República Dominicana. El número de católicos disminuyó, y la población siguió otros caminos: algunos se convirtieron a otros credos, como los evangélicos, y otros dejaron de identificarse con cualquier religión.

El número de personas que se declaran sin filiación religiosa, que se piensan fuera de las pertenencias a una religión, aunque crean en algo trascendente aumentó sostenidamente desde los años noventa. Estas tendencias se dan en toda América Latina, en algunos países con más fuerza que en otros. En Argentina la población sin filiación religiosa llega casi al 20%. No se trata de personas no creyentes. Es, sobre todo, una población desencantada, no sólo del catolicismo, sino de la idea misma de un creer religioso encuadrado en instituciones. La afirmación de la autonomía de los individuos es una de las características de la época, una especie de espíritu de este tiempo, que lleva a las personas a la convicción profunda de que pueden elegir su propia religión.

Hay quien elige quedarse en el catolicismo, hay quien prefiere alinearse con las iglesias evangélicas, y hay quienes se piensan por fuera de toda estructura religiosa. Pero encontramos también, dentro del catolicismo, una amplia población de fieles alejados de la........

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