El respaldo reciente a la represión anunciado por el presidente del Congreso vuelve a poner sobre la mesa el uso de armas de fuego en protestas, junto con proyectos de ley que, en teoría, ampliarían la protección a policías y militares, pero que en la práctica no cambian nada. Lo que hoy se anuncia como novedad está previsto hace años en las reglas sobre uso reglamentario de armas y en los eximentes de responsabilidad militar y policial. Lo único nuevo es el mensaje político que buscan instalar: “Hagan lo que hagan, los vamos a proteger”. Y eso, además de ser falso, es justamente el problema.

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