Todo bien siempre en tiempo real
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Eso de postergar el placer ya no vale. Es un precepto que ha regido durante milenios, puede ser que nuestro firmware lo demande o nos pase factura por no acatarlo, pero ya no lo aplicamos. Ahora, gracias entre otras cosas a las denostadas redes sociales, que fueron pioneras de subidón instantáneo, el latigazo de dopamina es inmediato, en TIEMPO REAL: hermosa expresión que debería ser esculpida en el frontón de Wall Street y en todas las bolsas y mercados de valores. Viva el TIEMPO REAL y el placer AHORA, AHORA, AHORA…
(Es un texto histórico de un momento inaugural.)
El postergacionismo está mal visto en el universo de los negocios de autoayuda, pero es por la inercia de tantos eones sin poder hacer nada. Poco a poco, a toda velocidad, eso se ha terminado. El célebre experimento pronto olvidado (quizá esta es la última vez que se cita) de los niños que supieron esperar a comerse los dulces y que luego triunfaron mientras que los angluciosos que se los comieron en el acto tuvieron vidas execrables quedará en el museo de los espantos, como el éter (y podrá volver, como el éter y el flogisto, pero ya en otro formato).
La dopamina fluye por las redes y los algoritmos, sabiamente diseñados, nos dan gusto y likes y amor y éxito y dinero (todo es intercambiable por fin) cual surtidores de felicidad. La........
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