Cómo escribir una novela policíaca a cuatro manos
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Por estos días ya debe estar en librerías, allá en México, La muerte del pelícano, novela policíaca, escrita por Raúl Aníbal Sánchez, mi hermano, y un servidor, y editada por Ediciones B. Una semana antes de tomar el avión a Buenos Aires pude tener un ejemplar de promoción en mis manos, y solo entonces me puse a pensar en todo el camino que había recorrido ese libro desde la primera idea (que parecía una más, de esas irrealizables), hasta la imprenta y las mesas de novedades.
Hace como cuatro años recorría las librerías de viejo de la ciudad de México buscando las ediciones de bolsillo del comisario Maigret, escritas por George Simenon, y editadas en Barcelona por Luis de Caralt. Me gustaban mucho estas novelas en las que lo policíaco no era más que un pretexto para el desfile de toda clase de personajes parisinos: los buenos burgueses, las porteras, los empleados bancarios, la clase obrera, los migrantes, los perdedores y bandidos (una especie de Comedia humana policiaca). Eran novelas que además se podían leer de un tirón, en donde la calidad literaria y el trasfondo de los personajes no estaban reñidos con la acción. Novelas populares de calidad que uno podía comprar por una módica cantidad y leerlas en el metro, rumbo al trabajo. En mi biblioteca debo de tener unos treinta títulos de la serie , y los sigo coleccionando y leyendo cada vez que puedo (acabo de comprarme Maigret en la Audiencia en la Plaza Italia de Buenos Aires).
Cuando leemos muchas novelas policiacas nos sucede lo mismo que a Alonso Quijano. Y no es que le den a uno ganas de salir a la........
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