Operación “Trump, Trump”.

Como decían las comadronas de este lado del Caribe cuando se acercaba el alumbramiento: “estamos en los días”. Ya ha pasado más de una semana desde que una importante fuerza naval de los Estados Unidos llegara a los límites internacionales de las aguas venezolanas y comenzara un férreo y ostensible patrullaje para entorpecer el tráfico de drogas en la región, esto con la muy proclamada misión de detener a los líderes y miembros de los carteles de la droga y su simbiosis narcoterrorista.

Los venezolanos, dentro y fuera del territorio, acostumbrados a los episodios de las telenovelas, están en vilo porque no quieren perderse el capítulo donde se defina el final de la historia. Contrastando con el descreimiento de unos y con la esperanza de otros, el que parece que se ha tomado las cosas en serio es el núcleo que ostenta el poder en Caracas. La vicepresidenta Delcy Rodríguez, con cara adusta, ha advertido a Estados Unidos que no intente poner un pie en territorio venezolano y que si lo hace, las consecuencias serían muy lamentables para los ciudadanos del país del norte. La respuesta silenciosa del jefe de la operación “Trump,Trump” ha sido el envío de otro muy silencioso submarino nuclear de ataque rápido, al que se le sumó el As de la escuadra, el lanzamisiles Lake Erie que desplaza 10 mil toneladas y mide 173 metros, equipado con........

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