No es lo que pasa, es cómo te lo cuentan: el arte de buscar culpables
Ilustración de Leonard Beard
Vivimos tiempos de incertidumbre. Crisis económicas, inflación, guerras, migraciones, cambio climático, apagones… El presente parece un cúmulo de problemas complejos. Pero el ser humano no tolera bien el caos. Necesitamos entender, buscar sentido. Y cuando algo nos afecta, preguntamos: ¿quién tiene la culpa?
Este impulso, profundamente humano, tiene un nombre en psicología: atribución causal. Y este concepto si lo relacionamos directamente con la acción política, es que no solo observamos los hechos, sino que necesitamos explicarlos. Y, muchas veces, esa explicación pasa por señalar a alguien como responsable.
Aquí es donde el populismo encuentra su mejor terreno. Simplifica lo complejo, ofrece respuestas simples a problemas complejos y, sobre todo, construye un enemigo. Los migrantes, los burócratas europeos, las feministas, los medios, los ecologistas, «los políticos de siempre»… El populismo no propone soluciones realistas, sino narrativas emocionales. Y esas narrativas apelan........
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