¿Aumento del gasto en Defensa? Pero ¿cómo y para qué?
¿Estamos realmente convencidos de aumentar el gasto militar? ¿Estamos a favor de crear un ejército europeo? Antes de responder con los eslóganes habituales de nuestros dirigentes, sería conveniente examinar con calma los fundamentos de esta política de incremento en el gasto de Defensa, que modifica radicalmente el marco económico de austeridad impuesto durante años por esas mismas instituciones que ahora lo exigen. Podemos endeudarnos para incrementar la inversión en Defensa –un giro llamativo– cuando durante años se nos negó esa posibilidad para aplicar políticas sociales, mientras la pobreza afectaba a miles de ciudadanos, la misma doctrina económica de endeudamiento.
Este giro resulta, cuanto menos, contradictorio y convendría que nuestros líderes explicaran con claridad el coste real de este aumento del gasto en Defensa. El presupuesto estatal es limitado: si se incrementan unas partidas, necesariamente se reducirán en otras áreas. ¿Estamos dispuestos a asumir un recorte en educación, sanidad o infraestructuras públicas a cambio de una modernización armamentística?
Con estas preguntas –planteadas no desde la oposición frontal, sino desde el deseo de transparencia–, no pretendo rechazar de plano una política que parece ya decidida por instancias superiores y asumida con entusiasmo por parte de nuestros gobernantes. Pero considero imprescindible esa transparencia, para conocer cuánto y en qué se invertirá, y de qué partidas presupuestarias se retirarán esos fondos. Solo con toda la información sobre la mesa, como ciudadanos,........
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