Ciudad Perdida
SI ALGUIEN CON buen ánimo y mejor humor le cuenta a usted que el problema de los baches que inunda la ciudad se resolverá en breve, tiene usted el derecho de mandarlo o mandarla muy lejos y con malas palabras, porque pretende engañarlo o engañarla.
LA CIUDAD ESTÁ enferma, padece un mal que se ha extendido ya a todo su territorio, al que las promesas no le hacen mella; por el contrario, cada vez que se dice que se inicia una campaña para combatirlo se hace más grande, se agrava, se vuelve más fuerte, crónico, endémico.
POCO ANTES DE que se iniciara la temporada de lluvias se prometió un esfuerzo a fondo para terminar con el problema, y se hizo, eso nadie lo puede negar, con conocimiento de causa. La temporada de lluvias estaba a la puerta, pero se hizo la promesa. Todos sabían y saben que pavimentar en tiempos de lluvia es tirar el dinero a la basura, es decir, es un empeño inútil que no tiene posibilidades de triunfar.
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