Hablar sin permiso
Cuando las voces emergen sin pedir permiso, el decorado político tiembla. Una concejal, un filósofo y una artista trastocan el tablero regional y cuestionan el linaje, la narrativa oficial y los silencios cómodos. ¿Quién sostiene el guion en tiempos de simulacro?
Porque hablar, cuando no conviene al decorado, sigue siendo el acto más peligroso de la democracia. No por lo que se dice, sino por lo que se interrumpe: el ritmo cómodo del consenso, la respiración tranquila del poder y la continuidad simbólica de las élites.
Hablaba con un amigo sobre la agitada semana en Colombia. Logramos ver la convergencia de algunos puntos: Márquez alzando la voz desde el margen del poder; Garrido respondiendo desde la ética disidente; y Castellanos emergiendo entre el........
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