—¡Por la corona de mi abuela y los bigotes de San Lorenzo! —bramó el príncipe, mientras agitaba su mano frente a su boca como si intentara espantar un enjambre de abejas imaginarias—. No me percaté de que esta berraca empanada estaba exhalando humo como dragón asmático. ¡He introducido el infierno en mi boca, y ahora mi lengua suplica asilo político en otro cuerpo!

Príncipe, me temo que lo que ve salir de esa deliciosa empanadita no es humo: es vapor. El diccionario de la Real Academia Española, que tantas idas al baño me ha amenizado, define vapor como “fluido gaseoso que resulta de la vaporización de un líquido o de la sublimación de un sólido”. En........

© La Crónica del Quindío