¿Y entonces qué más quieren?
Ser entrenador de la Selección Colombia es una condena. Lo eligen para salvar lo que otros dejaron hecho trizas, lo juzgan por lo que aún no ha pasado y lo quieren echar justo cuando más firme está. Así le pasa al argentino Néstor Lorenzo.
El hombre que, sin tanta bulla, puso a Colombia de nuevo en un mundial y la llevó a jugar una final de Copa América después de 23 años… hoy tiene que aguantarse a quienes le exigen la renuncia.
Sí, a ese mismo Lorenzo, el que tiene un 69.3 % de rendimiento en casi 40 partidos. El que ganó 23, empató 10 y apenas perdió 5. El que metió 72 goles y apenas encajó 32. Ese, el mismo. ¿Y aun así quieren que se vaya?
Hay una manía nacional de escupir........
© La Crónica del Quindío
