Megalopsychia señores
Desde mis felices días en el colegio Rufino J Cuervo antiguo, un hervidero de pensamiento, donde nuestros influenciadores eran los profesores que tenían como sueño la construcción de un mundo mejor, y los poemas de Neruda y Benedetti eran nuestro rezo, las películas de Costa Gavras nuestra diversión, y los cantores latinoamericanos eran nuestro canto, viví con la angustia de morir sin ver en mi patria un gobierno honesto, incorrupto y preocupado por las necesidades de los sin nada, los nadie.
Ahora puedo morir sabroso porque un hombre parecido a mis profesores rufinistas, un hombre que sabe del hambre y necesidades, y le duele el dolor de su pueblo, llegó a la presidencia de la República, y para que lo reconozca la oposición urinegacionista, Colombia no se convirtió en........
© La Crónica del Quindío
