Para ser elegido
Hubo un tiempo, en estos pueblos de Dios, en que hacer política era un ejercicio sencillo, esquinero, casi artesanal donde estaba involucrado, entre otras cosas el corazón de los electores, vía obligatoria por la que debían transitar las expectativas de los candidatos y, hasta el candidato mismo.
Antes, los políticos en trance de elegirse, sabían que lo importante era llegarle a la gente, enamorar al ciudadano, buscar la aceptación de la gente antes que darles una vuelta por los programas y las teorías ilusas con que sustentaban sus aspiraciones. Alojarse en el corazón del elector, corazón tan veleidoso, tan difícil, tan ignorante, a veces, tan suspicaz en otras, cuando ejercían sus derechos políticos.
El mayor........





















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