Los ciudadanos de Bolivia perciben que el país está muy mal en casi todo, y su sentir no se basa solo por cuestiones circunstanciales como la falta de combustibles, alza en precios de los productos esenciales o los bloqueos. Se trata de un malestar más profundo sobre el accionar de sus instituciones fundamentales. Eso se puede colegir del último informe del Latino barómetro. El estudio, bajo la mirada de los propios bolivianos, ubica a Bolivia en el último lugar, entre 18 países de la región, en lo que se refiere a la situación económica, percepción de progreso, satisfacción en la democracia, confianza en la justicia, en la Policía, en las Fuerzas Armadas, y dan calificaciones bajas sobre la los gobernantes, los partidos políticos, y los medios de comunicación. Son muy pocas las instituciones que merecen la aprobación de los ciudadanos, entre ellas la Iglesia, pero con tendencia a la pérdida de confianza.

Seguramente el gobierno descalificará este trabajo de investigación, como lo hace con las evaluaciones de los organismos internacionales sobre la situación económica. Es necesario comprender que el trabajo del Latino batómetro es un estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 20.000 entrevistas en 18 países de América Latina, y recoge opiniones de ciudadanos de........

© Jornada