A merced del crimen
Colombia no solo está desprotegida. Está en manos del crimen. Gustavo Petro ha dejado al país a merced de las estructuras ilegales que, amparadas en su retórica “pacifista”, han tomado fuerza, control territorial y poder político. El desmantelamiento deliberado de las Fuerzas Armadas no es una consecuencia colateral de su modelo de gobierno, es el corazón de su estrategia. Una estrategia que debilita al Estado, fortalece a los violentos y traiciona a los ciudadanos.
Desfinanciar al Ejército y la Policía en un momento de expansión criminal no es torpeza, es complicidad. La reducción alarmante de los recursos operativos, logísticos y de inteligencia no puede entenderse como una simple mala gestión. Es una jugada consciente para erosionar la capacidad de respuesta del Estado frente al crimen organizado. Petro no ve en los soldados y policías a los garantes del orden constitucional, sino a una institución que le incomoda y que quiere transformar en instrumento........
© Hoy Diario Magdalena
