Adelantarse al péndulo. El reto urgente de la diversidad en México
No nos gusta reconocerlo, pero todas las personas tenemos sesgos. Es normal sentirnos cómodos entre quienes se nos parecen, hablamos más a gusto con quienes comparten nuestro origen social, confiamos más en quienes se comportan como nosotros. Esa inclinación es profundamente humana; no nos convierte en malas personas, pero sí en personas con prejuicios. El verdadero riesgo no es tenerlos, sino negarlos.
Las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) nacen precisamente como consecuencia del reconocimiento de la existencia de esos sesgos. No buscan imponer una ideología ni forzar cuotas, sino construir estructuras que corrijan los efectos de esos sesgos inconscientes en nuestras decisiones y acciones. No tratan de una batalla identitaria, sino de un ejercicio consciente de introspección organizacional. Es preguntarse: ¿cómo estamos tomando decisiones? ¿A quién estamos viendo? ¿A quién, sin querer, estamos dejando fuera?
Hoy, sin embargo, hay una reacción en contra. En Estados Unidos y en algunos países europeos, como Hungría y Polonia, en un clima político adverso, varias empresas están desmontando sus iniciativas de DEI. El caso de una reconocida cadena estadounidense de tiendas minoristas, cuyo logotipo rojo es inconfundible para millones de consumidores, ilustra bien los........
© Expansión
