¿Y si Irán cierra el Estrecho de Ormuz?
El riesgo de una interrupción en el Estrecho de Ormuz ha reactivado uno de los escenarios más temidos para la logística internacional: un cuello de botella en uno de los pasos marítimos más estratégicos del planeta. La posibilidad de que Irán recurra a tácticas como el minado naval, ataques con misiles costeros o el hostigamiento con embarcaciones rápidas ha llevado a navieras, aseguradoras y operadores logísticos a tomar medidas preventivas.
Ya se observan desvíos de rutas, ajustes en pólizas y costos adicionales que, inevitablemente, se trasladarán a los consumidores. Esta tensión, que hasta hace unos días parecía lejana, comienza a materializarse en forma de mayores tiempos de tránsito, tarifas elevadas y nuevas presiones sobre la estabilidad del comercio global.
El Estrecho de Ormuz, con apenas 33 kilómetros de ancho en su punto más angosto, representa una arteria crítica para el sistema logístico mundial. Por allí transita cerca del 20% del petróleo y una cuarta parte del gas natural licuado que se comercia por vía marítima. Su importancia trasciende el ámbito energético: cualquier alteración tiene efectos directos sobre los flujos globales de mercancías, los costos logísticos y la resiliencia........
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